miércoles, 12 de mayo de 2010


Confío en tu cuerpo plástico. En tus agujeros de hombre lastimado por la vida.
Me apoyo en tu espalda firme. En tu verdad sostenida erecta.
Amo la verdad en tu voz.
Necesito tu mano estable para soportar el peso de mis años siniestros.
Busco tu alegría para compartir las risas con las mías y hacer un dúo armónico de energías vibrantes.
Siento el miedo honesto de mi cuerpo entero, estremecido, que repite en tu cara las caras de los miles que no fueron, de los intentos errados, de la maldad hecha carne.
Me ubico a tu lado, con el deseo de construir juntos un lugar donde estar. Un espacio de aire y de amor. De verdad. De manos cálidas entrelazadas.
Merecidas manos de amor. Merecida tu dulzura y la mía. Por un mundo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario